No encuentro el tiempo ni la calma para sentarme frente al ordenador.
No encuentro las palabras para plasmar en verso los sentimientos.
No puedo llenar de letras este espacio en blanco.
No sé como volver a empezar el diálogo con mis secretos, porque puede que ahora no los tenga.
Pero tengo claro que ahora mismo no es lo que necesito, lo tengo claro porque la tristeza inspira a la escritura y la felicidad recompensa su ausencia.
Suena optimista, al fin y al cabo... Pero no estoy de acuerdo con que sólo sea la tristeza la que inspira. La alegría y la satisfacción también lo hacen!
ResponderEliminarW.