Este blog continúa en: Lights and shadows keep on changing

martes, 17 de agosto de 2010

Principio

Hoy respiro aire nuevo. Las últimas nubes desaparecen detrás de las montañas, vestigio de la tormenta. Pero el Sol borra los fríos recuerdos. Comienzo a sentir su calor en mi piel. Mis ojos se abren del todo, agradeciendo con brillante ilusión la hermosa mañana que se alza ante mí. Me miro las manos, como si fueran nuevas. Blancas, listas para ser labradas. Puedo sentir la sangre correr por mis venas. Mi cabello baila con el viento fresco que sopla del este. Mis pulmones se llenan y mis piernas se preparan para trazar lo desconocido. Puedo sentirme a mi misma, y es en ese momento cuando pienso "Sí... el dolor ha merecido la pena. Porque nadie nos retrata cuando nos hacemos pedazos en un rincón oscuro, totalmente a solas. Pero que saquen sus pinceles y cámaras ahora. ¡Que le hagan sitio a la vida!"

Final


Esta noche tengo sueño. Las estrellas me llaman para fundirme entre ellas, en un manto de suave luz blanca.
La luna decrece suavemente,
brillando tan solo en el reflejo de las espesas nubes.
Esta noche no tengo ganas de seguirte.
No voy a acudir para escuchar tus palabras compradas,
Abandono esta tierra ya marchita.

Estoy cansada de esperar mientras las horas caen lentamente
goteando perezosamente por el cristal de mi ventana.
No voy a quedarme mirando el oscuro camino
soñando que apareces bajo la lluvia.
Adiós, pues mi alma se diluye ya entre las sombras.
Que el viento se lleve mi última despedida.
Adiós, que las hojas caen ya negras, sin vida.

jueves, 12 de agosto de 2010

Dudas


-¿Qué haces? ¿A dónde vas?
-Nada, quiero estar sola, ahora vuelvo...
-No, no vas a volver. Lo se.
-...
-¿Por qué quieres estar sola?
-Porque lo necesito. Necesito alejarme un momento de la gente. No quiero que me vean así.
-Así... ¿Cómo?
-Así. No quiero responder preguntas que no necesitan respuesta. No quiero recordar lo que intento esconder.
-Pero... ¿Qué ha pasado?
-¡¿Es que siempre tiene que pasar algo?!
-...
-... Hay momentos en los que te vienes abajo, sin más. No hay un motivo que sea obvio. Tal vez sean los recuerdos, tal vez sea la añoranza, tal vez el deseo. A veces las dudas se echan a dormir con un sueño intranquilo y se despiertan asustadas por haberse ausentado, pero nunca se van del todo. Se despiertan y no te dejan dormir. Te atormentan con sus imposibles. En aquello que ya ha pasado que niegan dejarlo atrás. ¡No tiene sentido! Aun así... tan difícil de hacerlas callar. Solo quiero estar sola, en silencio. Que en mi mente solo suspire el viento del este entre las ramas de un árbol alto. Donde el sol dibuje sombras finas y alargadas mientras deja paso a la luz de las estrellas... ¿Es tan dificíl estar sola en un sitio así... y no sentirte sola?
-Quieres estar sola y no sentirte sola... ¿No sería más fácil querer estar con alguien?
-Lo sería... si solo dependiera de ti. Pero no es así.
- ¿...
-¿Puedo ya estar sola?
-Está bien. Volveré al alba. Pero hay nubes esta noche. No verás las estrellas.
-Es igual, tampoco estaré sola... Las dudas no descansan, ¿Recuerdas? Pero tampoco te acostumbras a ellas... su murmullo no cesa y tú siempre lo escuchas, aunque sepas la palabra que va a venir a continuación de la siguiente. Siempre atendidas. Siempre en duda.
-... Duerme algo. Quizás no sueñes con nada. Quizás así estés tranquila. Totalmente a oscuras, en un vacío.
-Hasta mañana.

martes, 10 de agosto de 2010

Pasado

Sus ojos cansados observaban aquella fotografía que ya había perdido parte de su color. Una foto donde era la reina de todo, donde la vida salía palpitante con un alegre brillo en sus ojos, donde su sonrisa ladeada era el gesto de mayor felicidad. Sus brazos le abrazaban con tanto cariño, como si no quisiera dejarlo escapar nunca. Su pierna doblada hacia atrás, acariciada por el mismo viento que jugaba con sus cabellos. Los pies de ambos enterrados bajo la arena mojada y el agua salpicando sus tobillos.
Y los ojos de él… no miraban a la cámara, sino que la miraban a ella, con un infinito amor ardiente. Sus brazos rodeaban su cintura con suavidad y en su rostro gobernaba la paz.
En aquel momento fue la reina de todo… ahora volvía a guardar la fotografía en su mesita de noche y se tapaba con la sabana bajo la luz de las estrellas… las mismas estrellas que brillaban entonces, pero que ahora lo hacían con un dolor amargo, ahogadas en una profunda melancolía. Antes de dormirse pudo ver como el pasado se alejaba por el horizonte de aquella solitaria playa, como ellos lo hicieron un día. Se alejaba, frío, para no volver jamás.