Este blog continúa en: Lights and shadows keep on changing

domingo, 20 de noviembre de 2011

Nuevo blog

Manteniéndome firme en la retirada en este blog, por fin he decidido abrir otro que lo continuara. Nunca quise dejar de escribir, por eso os dejo aquí la nueva dirección:

Por fin las heridas se han tornado cicatrices.

viernes, 29 de abril de 2011

Retirada

Esta entrada es una retirada. Puede que sea la última, no lo sé, por ahora lo es. No dejaré de escribir, no creo que lo haga nunca, sin embargo, me he dado cuenta de que he cambiado y no veo este blog y todo lo que implica de la misma manera que antes.

Gracias a los que me leyeron, opinaron y discutieron conmigo. Gracias por compartir ese periodo, pero voy a dar un paso adelante, voy a cambiar de camino. Es lo que necesito.

Se acabó el invierno, y con él, el silencio va a dejar de ser silenciado.

viernes, 8 de abril de 2011

Tiempo

No encuentro el tiempo ni la calma para sentarme frente al ordenador.
No encuentro las palabras para plasmar en verso los sentimientos.
No puedo llenar de letras este espacio en blanco.
No sé como volver a empezar el diálogo con mis secretos, porque puede que ahora no los tenga.
Pero tengo claro que ahora mismo no es lo que necesito, lo tengo claro porque la tristeza inspira a la escritura y la felicidad recompensa su ausencia.

sábado, 19 de marzo de 2011

Aquí abajo todo flota

Es cierto, aquí abajo todo flota.
Cuando yaces en lo más hondo tienes el mundo sobre ti, aplastándote con su peso, sin fuerzas para salir a él a coger un poco de aire. Te escondes en lo más oscuro de la profundidad y dejas que la corriente te meza, sin importante si te lleva con ella.

Es cierto, aquí abajo todo flota. Pero también es cierto que quedarse abajo sería demasiado fácil.
Alzar la mirada y buscar la forma de salir. Volver a sentir tus pulmones pidiendo aire y comenzar a subir. Comienzas a subir con todo en tu contra y en ocasiones crees volver a caer, pero insistes y sigues luchando para seguir ascendiendo. Subir, subir, subir...
Sales fuera y por primera vez en mucho tiempo eres consciente del aire que te acaricia. Los ojos te duelen por la luz y estás exhausto por el esfuerzo y, es cierto, ahi arriba también flotas, pero lo haces sobre el mundo, sobre los problemas, la tristeza y la rabia que te anclaban al fondo.
Aquí arriba tienes que luchar por mantenerte a flote, pero entonces te das cuenta de que el sol está sobre tí. Su calor te cura y por primera vez en mucho tiempo, sonríes...

A mis amigos. Que sólo con seguir ahi, sólo con mirarme, me animan a subir.

martes, 1 de marzo de 2011

Desolada

Como si te conociera de toda la vida y como si me hubieras estado engañando desde entonces...
...Ah, ¿Por qué habré tenido que conocerte?
Gracias, instinto, pero no ha tenido gracia.

domingo, 6 de febrero de 2011

Para aquel chico del metro

Para aquel chico del metro que compartió viaje y asiento conmigo.
Para aquel chico que iba estudiando a la vez que yo en aquél vaivén de curvas oscuras.
Para aquel chico que guardó sus apuntes en cuanto lo hice yo y se puso a leer el libro que dejé abierto sobre mi almohada esa mañana.
Para aquel chico del metro que iba leyendo mientras cambiaba de andén.
Para aquel chico de pelo castaño y ojos apasionados que me dejó totalmente fascinada e intrigada...

Sé que no me atreví a hablarte, ni siquiera cuando, después de que perdieras el tren al que yo me subí, apareciste en mi misma parada en la que yo me bajé minutos antes. Perdóname por no haberlo hecho. Debí de cambiar mis miradas a escondidas por una sincera, directamente a tus ojos. Debí haberte hablado, aunque pensaras que estuviera loca, aunque el resto del vagón me mirara extrañada.

Ahora me torturo en la seguridad de que no volveré a sentarme a tu lado en un viejo tren y que nunca podré conocerte como me gustaría haberlo hecho.
Perdóname, porque yo no me perdono por haberte perdido.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Naufragio en océanos de desánimo

Y allí estaba yo. Sentada en la barra del bar con un vestido negro y unos tacones rojos. Mis labios pintados de carmín besaban una copa de amargo fracaso. No pretendía atraer miradas, pero antes de salir de mi piso me vestí con algo bonito y me maquillé para sentirme algo mejor, como si por el simple hecho de haberme arreglado no me fuera a abandonar del todo.
Vacié mi tercera copa y con un suspiro la empujé para que aquel camarero atento me llenara la cuarta.
-Señorita, no tiene porqué seguir intentando ahogar sus penas. Quizás no mueran de esta forma. Quizás debería intentar otra cosa...
Alcé la mirada de la barra hasta sus ojos de color gris oscuro. Negué con la cabeza.
-Póngame otra.
"Quiero terminar de emborracharme de desánimo" pensé.
El atento camarero apretó los labios antes de resignarse y llenarme de nuevo el vaso.
Lo cogí entre mis dedos y me dediqué a balancearlo suavemente observando aquel líquido de tono melaza, caoba, cobre y oro viejo antes de volver a llevármelo a los labios.
Sin darme cuenta, alguien se había sentado en la banqueta de al lado y me estaba hablando.
-Ten cuidado o te terminarás ahogando tú también.
Le miré. Joven, moreno, apuesto. Ojos verdes, vaya... "¿Por qué hoy?" Volví la vista a mi copa.
Al ver que no contestaba, siguió intentándolo.
-Me preguntaba qué podía haberle pasado a una joven tan hermosa para querer perderse en un océano de este tipo.
"¿Hermosa? ¿Qué habrá sido, el vestido, el maquillaje, que estoy sola e intento emborracharme? ¿Que parezco fácil y asequible o todo lo anterior a la vez?"
-Sin duda, lo que le haya ocurrido es cosa suya y no va a compartirlo con un desconocido, ¿Me equivoco?
"No, no te equivocas" Pensé sin llegar a decirlo. No tenía ganas de discutir con nadie.
Suspiró al verse solo ante mis murallas de silencio. Sin embargo pareció no rendirse. Pidió una copa de lo mismo que estaba tomando yo y permaneció sentado alternando su mirada entre mi vaso y el suyo.
"No... no está bebiendo lo mismo que yo..."
Me acabé la cuarta ronda de un solo trago y me planteé seriamente si irme o quedarme. Él pareció leer la duda en mi rostro.
-Deberías irte- dijo para mi sorpresa -No todas las penas mueren ahogadas.
Le miré por primera vez fijamente y en sus ojos pude avistar... ¿Compasión? ¿Pena? ¡Quería ayudarme!
-Deja aquí la botella- Le dije al camarero, que parpadeó perplejo.
-Está bien, te ayudaré a acabarla -intervino aquel joven sentado a mi lado- Quizás esta sea nuestra última botella de fracasos. Si la terminamos puede que no haya más.
Volví a mirarle, ésta vez con los ojos como platos. ¿Cómo podía haber sabido exactamente en lo que estaba pensando?
-Jack- Se presentó con una sonrisa.
-Rose- Contesté todavía con la sorpresa y la duda ancladas en mis ojos.

martes, 25 de enero de 2011

Oda a la vida

Es cierto que a veces pasas desapercibida.
Es cierto que en ocasiones nos enfurecemos contigo.
Te llamamos injusta, cruel. Te creemos compañera infiel.
A veces simplemente caes en el olvido.
Se pasan los días que nos has regalado sin apenas aspirarlos.
Incluso podemos desear borrar partes de ti sin ver que,
hasta en tu peor momento, velas paciente por nosotros.
Endureces nuestros pies con tu tiempo
para que podamos saltar las piedras que intencionadamente pusiste en nuestros caminos
sin alardear de tu bondad, que pasa desapercibida entre tantas lágrimas.

Es cierto que a veces pasas desapercibida
Muchos se acostumbran a tu vestidura de estrella cotidiana.
Yo prefiero ver tu brillo en cada segundo que te tenga.
Porque una vez que nos das fuerzas para secarnos los ojos
somos capaces de ver la belleza de la superficie desde el abismo.
Así que prometo no temerte nunca. Prometo no rechazarte,
no te engañaré. No me dejaré engañar.
Beberé de ti cada gota que me sea dada
y aceptaré con una sonrisa la última de ellas,
pues habré saboreado cada una de las anteriores.
Cantaré tu melodía con la voz que me has dado.
Bailaré tu ritmo levantando la tierra del suelo con mis pies.
Sonreiré con la mirada a todos los que te sonrían
y tenderé la mano a aquellos que necesiten mirarte más de cerca.

Compañera de mis pasos y dueña de mi cuerpo.
Ahora abro mis brazos al nuevo horizonte que me dibujas hoy.
Levantaré la vista lo suficiente para emocionarme con el de mañana,
para poder darme cuenta una vez más de todo lo que nos prometes,
para saber que he de luchar para merecerlo.

sábado, 22 de enero de 2011

Perderse

Quiero ocultarme.
Abrigarme bajo un jersey que me quede grande y ocultarme.
Hacerme una bola contra la pared y esconderme
de miradas de pena o reproche.

Quiero fugarme.
Caminar en dirección contraria a donde esperan.
Acurrucarme bajo un árbol y olvidarme
de que nadie se ha dado cuenta.

Acabo de perderme,
pero es lo que quería. Perderme.
Cuando horas más tarde
comiencen a preguntar por mí. Quiero estar lejos.

Pero que esté sufriendo no significa que esté rota.
Que quiera esconderme no significa que quiera ser olvidada.
Que me oculte no significa que no espere tu mirada.
Mis oídos siguen atentos a la espera de tu llamada.

Quiero levantarme.
Dar la espalda al anochecer y despertarme.
Caminar durante la noche hacia el este
y encontrarme con el Sol antes que nadie.

No me juzgues.
Si no me conoces, no me juzgues.
Siéntate a mi lado y pregunta.
Sólo entonces te dejaré despreciarme.

No te dejes engañar.
Ser diferente no es algo malo.
Antes de pasar de largo, párate.
Párate y vuelve a mirar.

miércoles, 19 de enero de 2011

Domingo sangriento

Recuerdo que me sentí bien, ¿puedo escribir? ¿Soy un escritor? ¿O sólo soy un guitarrista? Cuando se pasea por un bosque, se ve una masa de troncos de árboles. Entonces, en un punto concreto, te das cuenta de que están todos en filas perfectas. La claridad, la claridad de la visión. Lo que había estado mirando desde un ángulo equivocado y no lo veías del todo. Trabajas, sudas, para ver lo que no has podido ver desde esa otra prespectiva. Sólo recuerdo luchando para garabatear aquello antes de ese momento pasara y se desvaneciera. Cogí la guitarra y eso es lo que salió con "Sunday, Bloody Sunday"
The Edge (U2) durante el documental It May Get Loud .

Sunday, Bloody Sunday fue escrita desde la rabia, la impotencia y el dolor que The Edge sintió en 1974, cuando 33 personas murieron y cerca de 300 resultaron heridas por la explosión de dos coches bomba en Dublín y uno en Monaghan, a 10 kilómetros de la frontera con Irlanda del Norte. "Fue un completo desprecio por la vida", explicó.

The Edge: When you’re writing a song, it can’t just be a nice idea; it’s got to be something that’s important to you at a gut level. Even when “Sunday Bloody Sunday” was in its rough, early stage, it was cathartic for me. As a band, we decided not to release it as the first single on War, not because we didn’t think it was a great tune but because it would’ve been embarrassing for it to have become a commercial object to be exploited. The first time we played it live, we were in Northern Ireland, and without telling the rest of us, Bono goes, “We’ve got a song about what’s going on up here. If you don’t like it, we’ll never play it again. Ever.” [laughs]
I was thinking at the moment: “Oh shit. Oh shit.” Then Bono said, “This song is called ‘Sunday Bloody Sunday,’ ” and the place went nuts. Two or three people headed to the exits, because from the title alone, you might think it’s a nationalist anthem. But of course, it’s just the opposite: It’s a pacifist anthem. My hands were shaking as I played the guitar.

... Me gustaría poder creer que no nos hemos acostumbrado a tanta violencia solo porque persista. Quisiera creer que hay muchas más personas que tal y como hizo The Edge al componer esta maravillosa canción y como muchos otros lo hacen día a día de miles de forma distinta, se revelan contra todo esto. No podemos aceptarlo como algo cotidiano en nuestras vidas y no por mucho que lo oigamos debemos dejar de sentirnos horrorizados.

No puedo creer las noticias de hoy
Oh, no puedo cerrar los mis ojos y hacer que desaparezca
¿Por cuánto tiempo, por cuánto tiempo tenemos que cantar esta canción?
¿Por cuánto tiempo?
Pero esta noche, podemos ser como uno solo esta noche
Botellas rotas bajo los pies de los niños
Y cuerpos derramados por el callejón de la muerte
No escucharé la llamada hacia la batalla
Me pondré de espaldas contra la pared
Sunday, Bloody Sunday...
Y la batalla acaba de comenzar
Hay muchas perdidas, pero dime ¿Quién ha ganado?
Las fosas cavadas dentro de nuestros corazones
Y madres, niños, hermanos, hermanas separados.
Sunday, Bloody Sunday...
[...]
Seca las lagrimas de tus ojos
Sécate las lagrimas
Yo secare tus lagrimas.
Yo secare tus ojos inyectados de sangre.
Sunday, Bloody Sunday...
Y es verdad que somos inmunes
Cuando el hecho es ficción y la TV realidad.
Y hoy millones lloran
Comemos y bebemos mientras mañana ellos morirán.

lunes, 17 de enero de 2011

Relato de un fantasma

Ella permanecía quieta en el aire. Sabía que el viento agitaba todo a su alrededor, pero en realidad todo estaba muy quieto. En aquel lugar todo estaba quieto, incluso cuando se movían en aquella bruma sin color.
A veces recorría las calles de lo que antes fue para Ella una agitada ciudad, aunque quizás ahora fuera diferente, no tenía forma de saberlo. Notaba cómo más de Ellos pasaban a su lado, sin prestarle atención. Tampoco es que le importara. Ellos iban vagando al igual que Ella.
Volaba sobre las aceras sorteando a los Otros que caminaban por las calles. La única forma de distinguir a las formas de Ellos de la de los Otros es por su actitud. No podía escuchar qué decían los Otros, en aquel lugar estaba todo callado. Tampoco podía distinguir sus rostros. En aquel lugar nadie tenía rostro. Los Otros caminaban siempre con prisas de un lado para otro, cruzando las calles corriendo entre el tráfico. Y si se detenían o si comenzaban a andar de nuevo, era siempre por un propósito. Ellos no tenían nada que hacer, nunca hacían nada. Solo vagaban. Sorteaban y vagaban.

-Me gustaría poder sentir el viento- dijo uno de Ellos en algún momento, quizás hablando consigo mismo. Ella se detuvo un instante, dejándose mecer por la espesa bruma.
Silencio...
-Quierría volver a oler algo, quizás un jazmín el flor, o quizás la comida antes de llevármela a la boca. Querría comer algo de nuevo- comentó otro de Ellos casi para sí mismo.
Silencio...
-Me gustaría mirar a alguien a los ojos. Unos ojos verdes, vivos. Recuerdo unos ojos verdes, pero no se a quién pertenecían. Ya no recuerdo nombres...- señaló otro.
Silencio...
-Colores... echo de menos los colores- susurró otro.
Silencio...
-Lo que más echo yo de menos- dijo Ella hablándole a nadie en concreto- es el sonido de los latidos de un corazón.
Se balanceó sobre sí misma un rato. Puede que fuera mucho, puede que fuera poco. Quizás pensando en algo, quizás sin pensar en nada. Quizás alguien más estuviera hablando, Ella no se enteró de nada.
Silencio...
Volaba de nuevo sobre las aceras sorteando a los Otros que se caminaban por las calles.
Notaba cómo más de Ellos pasaban a su lado, sin prestarle atención. Tampoco es que le importara. Ellos iban vagando al igual que Ella.
Solo vagaban... sorteaban y vagaban.

domingo, 16 de enero de 2011

No quiero

No quiero callarme. No quiero hacer lo correcto. No quiero decidir por miedo. No quiero bajar la mirada ni apartarme de tu lado. No quiero esconderte mis secretos. No quiero despedirme más... quiero que solo existan los hasta luego.
Quiero proponerte otros límites que no sean tan estrechos. Quiero inventar algo nuevo, algo que se salga de lo preestablecidas. Quiero que me pidas contártelo todo, porque quiero contarte todo. Quiero dar un respiro a mi alma atormentada, quiero encontrar un hogar a mi cuerpo errante.


Pero lo siento, aunque quiero hacerlo, no puedo. No todo es como queremos. Yo sola no puedo romper esa norma. Demuéstrame que puedo sobrepasarla.
Es tan fácil como preguntarme... pregúntame qué es lo que quiero.

Canción de hielo y fuego

-¿A dónde quieres llegar a parar?
-No tengo forma de saberlo...
Tus ojos me preguntan si te quiero y mis secretos temen por ser revelados...

Hay algo quizás sea peor que un amor no correspondido por aquél a quien amas... y es el amor no correspondido por uno mismo.
Es el amor que sientes por aquella persona que se desboca en ti, que te lo da todo, que nació para estar a tu lado, pero tú... tu no dejas de caerte, te pierdes en un vaivén de sentimientos que te hacen sufrir en todo momento. Es un vacío de algo arrebatado. Alguien cruel que te ha arrancado parte de tí misma justo en el momento en el que deberías sentir la más pura felicidad. Y ese espacio frío solo cabe el odio, un odio intenso hacia tí mismo que abrasa a tu frío comportamiento hacia él sin llegar a eliminarlo. Fuego contra hielo en una batalla sin victoria en la que ninguno cae sin arrastrarte contigo al oscuro abismo en que te meces.
Y desde tu silencio secreto te bates en tu propia canción de hielo y fuego, una melodía cruel que nunca supiste cuando comenzó pero sabes con seguridad que no va a terminar.

El fuego te quema y el frío derrama una lágrima por tus ojos antes de quedarte dormida.