Este blog continúa en: Lights and shadows keep on changing

domingo, 27 de junio de 2010

Lágrimas eternas

Antaño, la Tierra vivía en su perfecto equilibrio, naciendo y muriendo cada día para continuar fluyendo. Cada ser daba paso a otro, moría y volvía fielmente a Ella para volver a darle vida.

Pero ese frágil equilibrio fue quebrado. El ser humano cada vez la restringía más y más, reduciéndola. Necio y egoísta, la destruye, somete y aniquila... Pero también olvida.
Desde su ignorancia y su miedo gobierna cegado. Sigue devastando su propio hogar y, cuando muere, no regresa para enmendar sus delitos. Su rudo cuerpo no libera a su alma y ella yace, llorando, viendo cómo su Madre muere lentamente. Llorando por toda la eternidad...

Y se dice que el lobo aúlla por las noches, uniéndose a sus llantos.
Y que el agua cae para borrar sus lágrimas.
Que los cisnes cantan antes de morir para recordarlas que ellos no olvidan,
Que las hojas caen para abrigarlas
Y que las flores se cierran en señal de duelo, cuando la noche se alza y las estrellas brillan en lo alto, acompañándolas en su tristeza eterna.

martes, 22 de junio de 2010

Hipocresía

Yo, que escribía sobre el odio, aborreciéndolo...
Resulta que el dolor que causan algunas personas en ti alimenta ese odio... te ciega... te asusta, tanto que te lleva a no ver más allá de ese miedo. Y de repente, te ves cayendo. Te aferras a lo que ves accesible, cercano en ese momento y sólo quieres sujetarte fuerte cuando resulta que estabas bien segura, con los pies firmes bajo el suelo, y estabas empujando al resto al vacío...

Y cuando ves lo que has hecho, ya es tarde. Tu propio odio se vuelve contra ti hasta sentir el más profundo aborrecimiento... Te has convertido en aquellos que te hicieron daño y en los que juraste no imitar jamás...

domingo, 20 de junio de 2010

Mariposas ahogadas en un tintero

Hola de nuevo. Os presento un fragmento de lo que fue la última lección de clausura para los graduados de todas las filologías de la Universidad Complutense de Madrid de la promoción 2010, entre los que se encontraba mi hermana -filología árabe-, impartida por Ángeles Caso, escritora, periodista y traductora española. Por desgracia, es demasiado largo para copiarlo entero, pero realmente me encantó. Se titula "La necesidad de la ficción" y, desde "la novela ha muerto" hace una reflexión sobre la necesidad de la novela en nuestras vidas y rechaza rotundamente la afirmación anterior. Espero que os guste tanto como me gustó a mí y que sepáis ver la verdad en sus palabras:

La belleza de la escritura no tiene que ver con la banalidad de lo "bonito", de lo agradable y biensonante. Sino con la justeza, la exactitud con la que podemos nombrar el mundo. En ese sentido, cada vez que un escritos se coloca ante un trozo de papel o una pantalla de ordenador, se convierte en Adán y Eva poniendo por primera vez nombres a las cosas. Nombrar el mundo. Saber que cada objeto, cada sentimiento, cada razonamiento, cada sensación requiere sus propias palabras, que deben ser ésas y no otras. Las más justas, por lo tanto las más bellas. Ser consciente de que las palabras son sagradas, porque son probablemente el mayor privilegio que se nos ha concedido a los humanos sobre el mundo, el único instrumento que nos sirve para comunicar el conocimiento, la reflexión, el pensamiento, la experiencia, la memoria, para recrear nuestra felicidad y exorcizar nuestro dolor. Aunque también sea un arma arrojadiza que podemos utilizar contra los otros y, en el fondo, contra nosotros mismos. Olvidarnos, mientras estamos delante de nuestro trozo de papel o de nuestro ordenador, del alboroto incesante en el que vivimos, ese ruido agotador de palabras ajadas, degradadas por el mal uso, por la vacuidad del discurso de los políticos, de los tertulianos, analistas, vendedores, escribidores, contadores y opinadores de toda índole, por la zafiedad de nuestra propia palabrería en nuestra vida cotidiana.

[...] ¿Cómo arreglarnos hoy en día cuando la nada parece mantenerse más allá de un suspiro? Hemos visto corromperse las ideas, venderse los principios éticos, humillarse las revoluciones, ensangrentarse las tierras sin ningún heroísmo que pueda rescatar a nadie ni nada del dolor... Hemos visto cómo se abrían los cielos y caían de ellos no sólo las hordas de los ángeles condenados, sino también los tropeles de los gloriosos y hasta los propios dioses. Sin certidumbres, sin creencias intocables, desmoronándose a nuestro alrededor todo aquello que nos sostuvo durante siglos como individuos y como sociedades, ¿es posible crear mundos que se sustenten sobre el fragilísimo cimiento de las palabras, sobre la tela sutil y vaga del pensamiento? Mi respuesta es que, a pesar de todo, sigue siendo posible. Con mayores dificultades que antes, pero aún posible. Mientras estemos necesitados de historias que nos certifiquen nuestra condición de individuos inmersos en una comunidad, la de los seres humanos, mientras nos haga falta ampliar nuestra visión del mundo, completarnos a nosotros mismos, mientras busquemos el orden oculto de la vida, habrá ficción, habrá novelas. Y, quizá. precisamente por nuestro desconcierto, sintamos ahora más que nunca la urgencia de ellas.

[...] Y a ustedes, precisamente a ustedes, los lectores -y también a nosotros, los escritores, que al fin y al cabo sólo somos lectores más atrevidos o más envidiosos- permítanme que les dedique para terminar mis reflexiones estas gozosas palabras de Virginia Woolf: "A veces he soñado, al menos soñado, que al alba del último juicio, cuando los grandes conquistadores, los grandes legisladores, los grandes hombres de Estado lleguen a recibir su recompensa -sus coronas, sus laureles, sus nombres grabados para siempre en el mármol imperecedero-, el Todopoderoso, cuando nos vea llegar a nosotros con nuestros libros bajo el brazo, se volverá hacia Pedro y dirá, no sin cierta envidia: "Mira, estos no necesitan recompensa. Aquí no tenemos nada que darles. Han amado la lectura".

A todos los que aman la lectura, que sigan leyendo hasta el fin de sus días. A los que, como yo, les guste además escribir, lo sigan haciendo por siempre, desde el amor por crear y aflorar lo que nunca antes habías conseguido expresar.
La escritura, en mi caso, es una anestesia para mi alma, pudiendo curar parte del dolor que la atraviesa, canalizándolo a través de la tinta de mi bolígrafo hasta la hoja de un papel, donde quedará, prisionero, destinado a ser olvidado. Es el único método por el cual me atrevo a decir las palabras que nunca salen de mis labios, donde la verdad es suprimida por un simple "nada" cuando alguien te pregunta qué te pasa. Es el peso del silencio provocado, de los sentimientos que quieren ser olvidados, de las verdades innegables... todo ello condenado a vivir en la oscuridad de un viejo cajón lleno de polvo... Son las mariposas ahogadas en un tintero.

jueves, 17 de junio de 2010

Marionetas

Hace unos días leí un artículo un tanto pesimista sobre el amor. Exponía que, cuando estas con esa persona a la que amas, actúas de manera distinta que con el resto, no eres tu mismo. Ya sea por intentar que se fije en ti o al pensar que tal rasgo tuyo no le va a gustar, consciente o inconscientemente cambia tu forma de ser... hasta que es demasiado tarde: te quedas colgado de unos hilos y no eres capaz de soltarte. No puedes escapar de esa faceta que tú mismo te has creado, no puedes huir de tu propia mentira. Te conviertes en una marioneta a su voluntad.



Bien, quiero proponer otra visión del amor, otra visión también con marionetas:
Como marioneta que eres, alguien te ha creado con algún motivo, ha colocado cada pieza con una función determinada, ha pincelado cada rasgo desde una voluntad.
Llega el día en el cual descubres ese objetivo por el cual existes. Ya no hay nada más en ti que lograr realizar aquello por lo que has sido creado: estar con él. Él o ella es tu vida, tu causa de ser. Todo cobra sentido, pero... ¿La otra marioneta fue creada para estar contigo? No puedes culparla de su rechazo... no está en ella amarte. Sin embargo... ya la has visto, has quedado cegada. Has descubierto tu fin y no puedes lograrlo. Tu creador te enseñó la vida, pero no te creó para ella...

Ahora... ¿Estoy de acuerdo con alguna de ellas? No, pero a veces no puedo evitar sentirme así. No puedo dejar de pensar que pusieron en mí las piezas equivocadas. Me hicieron para estar con él, pero yo no encajo en su vida...
Pero no vale venirse abajo... ¿Quién dice que solo hay un único final? ¿Una sola respuesta? ¿Un solo o no? Simplemente... tienes que seguir buscando el lugar donde puedas realizar tu pequeña función: el escenario adecuado, el público adecuado... el acompañante adecuado.

martes, 1 de junio de 2010

Odio


"Dejad de gritar... por favor... no gritéis más..."


El odio nos convierte en ciegos. Se inyecta en nuestros ojos anulando la pureza de los mismos. El odio... hacia tantas cosas. ¡El odio no tiene sentido! Odio... "a qué" no sería la pregunta, sino, "por qué".
Hoy subía en el ascensor y leí escrito en el cristal "matar a los moros"... Seguro que lo ha escrito un "chaval" que no tiene ni idea de nada... ¿A estas alturas? por favor... ¿De dónde lo has aprendido, de tu padre? Ya eres mayorcito para tener criterio propio y no aceptar valores sin sentido, sin informarte... ¡Sin tener razones! ¿O es que alguno tiene alguna razón para querer matar a alguien? Ya ni siquiera ponen "putos moros" no, ya pasamos a la aniquilación... ¡Una vida! ¿Por qué? ¿Por tener la piel de tal color? ¿Los rasgos de tal lugar? ¿Una religión que no sea la tuya? En serio que consiguen que sienta verguenza por que existan tales pensamientos. ¡Tanta injusticia! ...tan poca benevolencia.
Miradas de reproche, abucheos, palizas... tanta estupidez junta por tener la mente tan cerrada.

Esos ojos... Supongo que muchos conoceréis la imagen original, a la famosa "niña afgana", la portada de National Geographic más vista en los 114 años de existencia de dicha revista. Fotografía tomada en junio de 1984 en el campamento de refugiados Nasir Bagh de Pakistán durante la guerra contra la invasión soviética. Unos ojos que reflejan las consecuencias del odio de los hombres...

Sí, lo reconozco, me obsesiona esa foto. Para mí, los ojos son la parte más importante del cuerpo y la más expresiva si se sabe leer en ellos... Llevo mucho tiempo intentando escribir algo al respecto, pero aún no he conseguido nada bueno, seguiré en ello... ¡Ah! ¡Buenas noticias! Este verano seguramente empezaré a trabajar en Greenpeace ^^

A todos los que también esten con selectividad (y a los que no) ¡Animo! y mucha suerte =)