Bien, quiero proponer otra visión del amor, otra visión también con marionetas:
Como marioneta que eres, alguien te ha creado con algún motivo, ha colocado cada pieza con una función determinada, ha pincelado cada rasgo desde una voluntad.
Llega el día en el cual descubres ese objetivo por el cual existes. Ya no hay nada más en ti que lograr realizar aquello por lo que has sido creado: estar con él. Él o ella es tu vida, tu causa de ser. Todo cobra sentido, pero... ¿La otra marioneta fue creada para estar contigo? No puedes culparla de su rechazo... no está en ella amarte. Sin embargo... ya la has visto, has quedado cegada. Has descubierto tu fin y no puedes lograrlo. Tu creador te enseñó la vida, pero no te creó para ella...
Ahora... ¿Estoy de acuerdo con alguna de ellas? No, pero a veces no puedo evitar sentirme así. No puedo dejar de pensar que pusieron en mí las piezas equivocadas. Me hicieron para estar con él, pero yo no encajo en su vida...
Pero no vale venirse abajo... ¿Quién dice que solo hay un único final? ¿Una sola respuesta? ¿Un solo sí o no? Simplemente... tienes que seguir buscando el lugar donde puedas realizar tu pequeña función: el escenario adecuado, el público adecuado... el acompañante adecuado.

Marionetas... Tal vez los hilos únicamente se enreden con otros, pero no sean esos (ni mucho menos) con los que debieren enredarse para el 'baile final' de la última foto...
ResponderEliminarTal vez los hilos estén tan difícilmente enganchados que tengas que ser tú quien trepe hasta lo alto, los desenrede y baje de nuevo.
O tal vez sólo sea esto un pensamiento absurdo y sí sea este nudo el definitivo, y sólo tengas que conseguir que la otra marioneta mire hacia arriba (¿qué? ¿que consigas convencerle de algo? Sí... a mí también me suena raro... =P) y vea que también tiene un graaaan nudo que no quiere ver...
¡Besos!
Quien sabe Dänerys, el objetivo por el cual existes puede cambiar, tanto del ser amado como del que ama.
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