Apenas permanece. En cuanto llega recorre rápidamente los caminos de mi piel hasta caer al suelo junto a la lluvia que emana del cielo.
Como un bello atardecer que se pierde en la oscuridad de la noche. Como los rayos del sol se ven eclipsados por las nubes de tormenta.
Ella, que tan sólo permanece en mis recuerdos. Recuerdos de una ingenua mente infantil.
Ya no corre conmigo. Ahora yo corro para escapar del miedo y ella para evitarme un poco más.
Se quiebra en mis sonrisas, herida por la frialdad. Se ahogó su risa en el silencio de la soledad.
Como los brazos de la noche que toman prisionera a la esperanza…
...Así es como a veces siento la felicidad.