
Un brazo en lo alto, la mano continuando el final de mis ojos, espalda arqueada, cadera elevada y tobillo levantado. Quieta... la música ha terminado. Los tambores ya callaron.
Un paso atrás en señal de que estamos aprendiendo...
...y un saludo a nuestros maestros.
Sé que no he hecho más que empezar, pero ya la siento, siento la música y cada movimiento que la acompaña, y con ella y me siento libre... me encuentro a mi misma.
fuerza líquida, como la pantera que con un grácil y elegante movimiento sube hasta la copa del árbol, sin apenas inmutarse
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